Hasta hace pocos años, no existía ninguna técnica efectiva que pudiera quitar el tatuaje. La única solución eran intervenciones quirúrgicas que dejaban bastante cicatriz. Actualmente con el láser exclusivo para quitar tatuajes, la práctica se ha simplificado pero no ha dejado de ser un proceso complejo y costoso. El láser atraviesa la zona superficial de la piel y es absorbido por el pigmento del tatuaje. La energía luminosa inicial se trasforma en hondas acústicas que rompen los pigmento y los fragmentan. Estos fragmentos resultantes son absorbidos por el organismo haciendo desaparecer el color sin dejar cicatriz. Se necesitan seis u ocho sesiones como mínimo, separadas en intervalos de mes, mes y medio. La mayoría de láser para tatuajes sólo absorben los colores negros y azules. Para eliminar los otros colores, se necesita un láser más sofisticado. Los interesados deben ser conscientes de que un tatuaje es para toda la vida porque quitarlos resulta caro y no siempre el resultado es el esperado. Hay casos en los que se queda una sombra con algo de pigmento. |
martes, 29 de noviembre de 2011
eliminacion del tatuaje con laser
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